Desgraciadamente estamos muy acostumbrados a ceder frente a las grandes corporativas y tener que amoldarnos a sus condiciones, sin embargo, recientemente se ha entrado en vigor una cláusula legal en beneficio del individuo y sus planes del futuro: ya no estarás obligada/o a contratar servicios extra a cambio de tu hipoteca.
Una hipoteca es mucho más que un simple contrato, para muchos individuos es el principio de una nueva etapa ya que este documento nos permite instalarnos con tranquilidad en nuestra nueva propiedad donde muy probablemente vayamos a pasar gran parte de nuestra vida.
A nivel concepto es bastante fácil, ofreciendo ciertas garantías (avales, contratos de trabajo indefinido…) llegamos a un acuerdo con nuestra entidad bancaria dónde ellos se ocupan de abonar la totalidad del importe de la vivienda, y a posteriori nos otorgan las llaves acompañadas de un contrato donde nos comprometemos a abonar cierta cuantía mensual durante X cantidad de años hasta pagar la totalidad del piso.
¿Fácil no? De hecho tiene que serlo, sinó la gente no compraría casas. La parte complicada viene dentro de la famosísima letra pequeña.
Para empezar no cualquiera le conceden la hipoteca. Siempre hay un estudio previo del perfil de la persona donde las entidades bancarias se aseguran de 2 cosas: Que no tenga otras deudas anteriores todavía pendientes y que tenga una estabilidad de ingresos recurrente (contrato indefinido) para así garantizar que vaya a poder pagar este “préstamo”.
Hasta aquí nada fuera de lo común, lo llamativo es lo siguiente: aunque tengas el sueldo más alto por consorcio, necesitarás poner algo como aval, si no lo puedes poner tu lo puede poner un familiar cercano, pero sin algo de alto valor que ofrecer, no se te concederá ninguna hipoteca. Y en caso de que quien avale sea alguien externo, tendrá que cumplir varios requisitos como los antes mencionados.
Esto por no mencionar la famosa “comisión de apertura”. Según estas instituciones, esta comisión sirve para garantizar que los estudios antes mencionados sean rentables, es decir, te cobran para asegurarse de que el tiempo que invierten en hacer el estudio sea rentable por si acaso decidimos irnos con la competencia.
Hasta hace no mucho, el 98% de los bancos, aparte de pedir todo lo antes mencionado, se esperaban a último momento para indicar que, obligatoriamente debes contratar un seguro (normalmente de hogar) con ellos para poder finalizar el proceso.
El problema más grande
Hasta hace no mucho, el 98% de los bancos, aparte de pedir todo lo antes mencionado, se esperaban a último momento para indicar que, obligatoriamente debes contratar un seguro (normalmente de hogar) con ellos para poder finalizar el proceso.
Esta es la parte que más nos cuesta aceptar como compradores: no solo tenemos que asegurarnos de estar a la altura de sus condiciones respecto a sueldos y garantías de avales de propiedades que ni siquiera son nuestras, tenemos que estar preparados para asumir que durante un largo periodo de nuestra vida vamos a tener que pagar una mensualidad por que obviamente no tenemos todo el dinero para pagarlo al contado, además de todo esto, debemos pagar otra mensualidad aparte para que así el banco le saque mucha más rentabilidad de la que ya le está sacando a nuestro trato.
Pues esto ha cambiado. Después de varios años, han hecho pública la ley que prohíbe exigir la contratación de un seguro para la concesión de una hipoteca. Y lo que supone un alivio para quienes se ahorran una buena parte de cuota, también lo es para aquellos que tenían pensado contratar la: puedes vincular una póliza externa a tu nueva hipoteca, sin necesidad de que sea dada de alta a través del banco.
Y aquí es donde entramos nosotros.
Si tienes un hogar, nosotros te cubrimos, nos ocupamos de todo para que tu no tengas que preocuparte por nada ¡Contáctanos sin compromiso! Estaremos encantados de atenderte y de ofrecerte nuestra primera consulta totalmente GRATIS.
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